Tarde de junio ...
Y era una tarde de Junio, en la que todas habían quedado para ir a la piscina. Sabía que sus
amigas solían retrasarse pero después de esperar media hora bajo un sofocante sol, ya se
había hartado. Hacía tiempo que sus amigas habían cambiado pero nunca pensó que tras
todo lo que pasó y en el momento que más las necesitaba a todas, en el momento en que
únicamente tenía ganas de llorar hasta vaciarse por dentro, ellas se apartaran de su lado.
Hacía pocos años que su vida había dado un cambio por el hecho de que Álvaro había
pronunciado dos palabras, y solo hacía un mes que toda su vida había vuelto a cambiar…
un cambio que nunca superaría. Y ahora volvían los cambios, porque se encontraba más
sola que nunca en medio de un recinto abarrotado de gente, voces y lo que más rabia le
daba, risas. Antes ella también era así, una chica que estudiaba de lunes a vienes y que se
dedicaba a pasarlo bien las tardes y las noches de fin de semana. Ya estaba agotada, porque
cada vez que su vida cambiaba le costaba más acostumbrarse.
Yo a pesar de parecerme a ella, no era más que un niño inmaduro que también había
sufrido cambios, pero en comparación con los de ella … Antes de que todo pasara yo ya
me había fijado en sus labios que algún día soñaba con besar, yo ya había deseado que esos
ojos se posaran en mí, pero un gran amigo se me adelantó, ese rubio, de ojos color
turquesa y brillante sonrisa la enamoró y a pesar de todo aguanté día y noche
reprochándome el por qué yo no había sido capaz de decirle lo que sentía.
Y ahora me había quedado sin Álvaro, me habían confiado el alma triste de esa pobre chica
que ya no irradiaba luz ni felicidad, y únicamente poseía un secreto que guardar.
Me acerqué a aquella chica desconocida para mí, que tenía el corazón partido en mil
pedazos como si de un cristal roto se tratara, y me encargué de ayudarle a recoger los
cristales para reconstruirlo sabiendo que había una pieza que no encajaba del todo.
Porque por algún extraño motivo esa chica de rostro aniñado, facciones descompuestas,
ojos tristes inundados de lágrimas y labios mordidos por una inquietud permanente no se
diferenciaba tanto de la que antes había sido una chica madura, dulce, divertida, alocada,
responsable y enamoradiza.
Y además una parte de Álvaro estaba anclada a Nuria, su Nuria. Y aunque más que nada en
el mundo yo deseara que esa chica volviera a estar libre, sabía que ese deseo nunca se
cumpliría porque esas cuatro estaciones juntos los había unido tanto como para dar la vida
el uno por el otro si hubiera sido necesario, y aunque ella no lo supiera, así había sido.
-
Hola – dijo apenada cuando me vio acercarme hasta ella.
-
¿Qué tal estás? – esta pregunta era un sin sentido puesto que solo le haría recordar
lo mal que iba todo, pero me salió así y me dije idiota porque esas palabras salieran
de mis labios.
Unos pequeños ojos verdes, me miraron diciendo con esa mirada todo lo que tenían que
decir. Y durante nuestros primeros encuentros la única compañía que encontraba era la del
silencio y la de una mirada que no dejaba de rememorar mi memoria. La suya.
o.O Cómo sé que te gusta CPP: Por fin lo bueno de Blue Jeans sin lo malo de éste, por fin alguien que escriba estas cosas de PUTA MADRE, sigue así :))
ResponderEliminarjaja la verdad sii aunque ahi cosas que me disgustan del libro :)
ResponderEliminarMuchas gracias Carlos :D